Gerardo Barbera

LA CARICIA DE UNA FLOR

A veces me detengo en el tiempo

para dibujarte con el corazón,

siento que cuando vienes a mí

baja de la luna una mirada

tan dulce, tan enamorada,

que ilumina todo lo que siento

 cuando me besas, cierras los ojos,

y dormida entre las flores

me dejas partir,

me oculto en la vida,

en el trabajo, en la bulla

en la existencia anónima, ¡tan vacía!

¡tan irreal!, ¡cómo te extraño!

Quiero llegar a casa

sentir que tu calor, tus caricias,

tu cuerpo, tu voz, tu alma toda

despiertan la alegría de vivir.

 

 

Tú hablas, yo viajo en cada gesto,

te miro y te amo,

me cuentas de tus cosas,

de tu trabajo, de esa pelea

no sé con quién, te pones seria,

yo sólo sigo el volar de tus manos,

te sientas a mi lado, te acuestas tranquila,

yo te digo algo al oído,

sonríes, "estoy cansada"

me usas de almohada,

te quedas dormida,

¡qué sería de todo esto..., sin tí!

 

 

Hoy te levantas más temprano,

me tocas, "¡buenos días!"

"¿Qué me decías anoche?"...