Es hora de librar mis versos callados,
entretejer mis recuerdos sin memoria,
volver a pintar los arcoiris en blanco
que muy fácil dejaste en esta historia.
¿Qué quieres que le conteste a la luna
cuando me interroge al sentimiento?
Que la ignorancia es fortuna,
que la duda es un tormento.
¿Qué quieres que le susurre al tiempo
cuando me reclame mis quiméricas metas?
miraría hacia atras, moriré una vez más,
y de ti quedará sólo tu silueta.
Porque nunca supiste que en el silencio de un niño se encuentra su capricho,
que en nuestro silencio era más la lejanía entre lo hecho y lo dicho.
Y sí, tengo alma de niño, corazón de niño y soy un tonto tonto macanudo niño,
un ingenuo que se quizo aferrar a tu intento de cariño.
Una tarde la cual evoca incesante al olvido
con la misma constante indiferente en tu presencia...
¿Dónde quedó tu esencia y el sentimiento cautivo?
Te animarás a darte cuenta cuando me haya ido.
Pronto volverán aquellos dias de verano,
aquellas locas lluvias que alguna vez mojaron nuestras almas,
aquellas hojas de cuaderno con tu nombre grabado,
los conciertos a viva voz en tu mirada.
Conciertos que se enmudecerán en tu olvido;
lluvias que secarán un amor encadenado;
hojas que se desprenderán de mis latidos;
y yo, como que nunca te hubiese amado...
Zeca.