Hoy me huelo a podrido por dentro,
un olor fuerte, pronunciado, intenso,
un sentimiento de completa derrota,
se acabó, no podrás ser nunca nada,
hacer reír a nadie,
hacer soñar a nadie,
lograr algo en tu vida.
Una derrota que transparenta
un inodoro sonido para las gentes,
acuosa inundación dentro de mi ser,
se acabó, no puedo más, basta!
El olor se altera en cuanto ve a Muse,
pero no se retrae, posa abierto,
lo sabía, parece querer decir,
algún día presenciaría tu caída,
lo sabía, susurra, por si Muse fuese yo,
por si fuese fácil de arrinconar como yo,
por si fuese posible vencerla con el olor
y el miedo de la derrota.
Muse ignoró el olor
y sonrió,
abrió la boca
y comenzó a soplar.
El olor desapareció.