Con la rabia que tengo y las lagrimas que me sobran, se destruyen mis pensamientos.
Ahora entiendo porque las hojas se caen de los árboles en otoño y la lluvia se asoma en el invierno, si la tristeza que tengo, no es más que un miedo. Si, mis fantasmas me rodean; se asoma a mi cuerpo y quieren que llore como si fuera un bebé.
Con la rabia que tengo gritaría de silencio, para callar lo que siento y pienso.
Con mi corazón ya fallecido, ni los amigos lo animan.
Destruido y sin razones para vivir, pienso en la muerte como la única solución... Ya lo intente pero me faltan ganas para hacerlo... Pero como hacerlo, si en realidad esta vida no es mía, esta vida le pertenece al máximo Creador (Dios).
No hay solución para mi dolor, no hay medicina, ni esperanza, ni color en el Arco Iris, para encontrar mi perfección.
Tal vez la única solución sea una oración, unas palabras para Dios.
El Tiempo me ayudara a cicatrizar las heridas, que se quedaron sin razón, en una lluviosa tarde que me quedo hoy.