*VIVIR*
Que será del hombre cuando me retire al Edén del Oso Polar
la banquisa de hielo se esfuma matando de afán a mis crías,
no quiero pensar el dolor de la familia en la soledad del nada
cuando antes era el depredador blanco de la cellisca eterna.
*VAGAR*
Blanco cristal que fulgura con la Aurora Boreal esplendorosa
escondido al acecho de una Morsa adormecida del encanto,
se ven las piedras desnudas entre el hielo blando que se va
el hambre desnuda mi aliento con la muerte de mi vástago.
*ERRAR*
Soy animal blanco de pelaje duro que el hombre teme hallar
aunque mi candor se ría de lo yermo de la inmensa planicie,
tengo que buscar el alimento en los desperdicios humanos
osando enfrentarme con unas cañas que expelen la muerte.
*ANDAR*
Los Anhui se que lloran mi desgracia y la suya eternamente
saben que el Oso les anuncia el blanco invierno de la Morsa,
pero saben que si el Oso se extingue ellos partirán también
cuando el sucio pétreo surja y la eternidad blanca se evada.
*POLAR*
El Oso Polar blanco no tiene la culpa de matarse de anhelo
antes cuando la ventisca helada azotaba sin tregua mi piel,
era el instante de encontrar alimento en el Océano helado
para conseguir alimentar al hijuelo que roza mi blanca piel.
*HIELO*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
16 noviembre 2011