Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

ALQUIMIA

 

 

I

Para remover ligero el terreno

de tu cuerpo alabastrino y tosco

rocé con mi boca el furtivo seno

y aspiré ese aroma que yo enrosco…,

 

 

entonces sin saber sólo enveneno

ese ayer que a mi paso desconozco

-cuando tuve en mis brazos ¡siendo ajeno!-

Sí…tu cuerpo alabastrino y tosco.

 

 

Te hice el amor: y fue nieve en el lodo.

Estuve contigo -olvidarlo quiero-

Y aunque fue hermoso entregarme todo

 

 

aquél momento es inmundo y fiero

…por ello no te busco ni te espero

ni espero que me busques de algún modo

 

 

II

…y ha de volverse lumbre lo que fue ceniza

sin respirar el aire del camino

abrasará  las hierbas y encogerá los hombros

¡todo ha de pasar! Como el infierno

al igual que una saeta

                    encenderá su hierro.

 

 

Por ello no me esperas ni te aguardo

-ni estoy en aquél cuarto-

De todos modos descansa no dudes

abre tus piernas (como aquellas tardes)

Mastúrbate si quieres como antes

¡que yo no estoy ahí! Y tú lo sabes.

 

 

III

 

Hay un libro en la mesa

en esa madera devastada en años

(en ese poemario donde lágrimas dejé

                mientras escribía)

Fue en éste

            en alguna de sus hojas

en una simple página sin número

esta el ayer que calcinó la hoguera…,

 

 

pero hunde el dedo muy cerca de tu clítoris

gime un instante

[es tan parecido a esta llaga

        a mi herida que me duele y se desangra]

 

 

yo también sin ambages

desahogo el ímpetu mortal que me degrada

y hundo el dedo pulgar…en mi garganta.

Pero en fin deja correr el deseo sobre tu muslo

(yo haré lo mismo)

Tú podrás gozar toda una vida

yo toda un vida te desprecio.

 

 

IV

 

¿Lo sabes bien…?

Que estoy en tu pezón vibrante y pleno

-en el redondo pecho-

                     En tu piel

                               en tu sexo

y tú estarás en mí…¡cuando me falte aliento!

 

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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”