Esta noche, mirando las estrellas…
El cielo surcó veloz, una de ellas…
Al mirarla recordé una anoche muy especial…
Una que cambio mi vida, e hizo que ya nada fuera igual…
¿Crees en los cuentos de hadas? ¿En los príncipes y princesas?...
¿En castillos encantados, y magos que se llevan la tristeza?...
La noche en la que él llegó, yo me escudé tras mi razón…
Pero resulta que él todo lo cambió, robándome el corazón…
Con su magia y con su alegría, con su forma distinta de ver la vida…
Con su sonrisa y su fantasía, y haciéndome sentir querida…
Me prometió el cielo, y me llevo a él, la fantasía ya no estaba en ningún papel…
La magia era posible y me lo demostró, pero solo lo era en los brazos de él…
Sus ojos hablaban de reinos lejanos, donde no había dolor, pues éramos más humanos…
Y yo decidí, creer en su verdad, y seguirle siempre aferrada a sus manos…
Fue un viaje maravilloso, lleno de color y de alegría…
A cada amanecer lo precedía, una noche llena de fantasía…
Pero la vida no está hecha para la felicidad absoluta…
Y el viaje llegó a su fin de forma abrupta…
Mi mago de ojos de mar y sonrisa de cielo…
Se marchó dejando tras de sí, solo desconsuelo…
Todo llegó al final casi sin advertirlo…
Y por más que lo quise, no pude seguirlo…
Ahora solo queda un vacío triste y oscuro, y esta soledad que dejó su partida…
Voy tejiendo mis días con los recuerdos de una vida, y la opresiva sensación de estar perdida…
Cada noche, entre el cielo y el suelo, espero verlo aparecer a través de la niebla…
Tal vez sea absurdo pero como todo mago, quizá él también, algún día vuelva…
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