bonifacio

El despertar de Robinson Crusoe

El yate se había hundido

Y ella se perdió en el mar.

 

Aún se hallaba con vida

Y se dispuso a nadar.

 

¡Una isla!

¡Una isla!

 

Gritó casi enloquecido

Nadó nadó y nadó

Y de pronto se quedó dormido.

 

Al día siguiente

Su cuerpo ya desfalleciente

Despertó extenuado y rendido en la arena caliente.

 

Ella ya no estaba

O estaba muerta.

 

La isla

Al parecer desierta.

 

¿Qué haré sin mi amor?

Se preguntó.

 

Descubrió una vertiente

Y sació su sed.

 

Un pez cazó con un tridente

De un cañaveral

Y al fuego fue a dar

Que encendió con dos maderos.

 

Se puso a pensar:

 

“Sin ella

Me muero”

¿Porque te fuiste de repente?

 

Durmióse bajo las estrellas

Y al día siguiente

Buscó buscó y buscó

Y la isla estaba vacía.

 

No había otro ser viviente.

 

Al cabo de unos cinco años

Un barco encalló en la arena.

 

Bajaron en algunos botes

Cientos de turistas.

 

Su vista se clavó en ella.

 

Ella

La artista.