Dormita el argumento del hombre contento
bajo las ropas equilibradas del cierzo.
Alguien relegó parte de sus estremecimientos
dentro del cáliz existencial;
la penumbra ennobleció las muecas sonámbulas
que dejan olvidadas los espectros en la capa vegetal
al tiempo que las guerras venideras concluyen
no debilitar con su influencia al planeta Tierra.
Dormita la fuerza del hombre pertinente
entre los peñascos donde mora el fin de los tiempos
y las alboradas que no poseen remordimiento.