Esos sueños que dejamos volar
cuando empezamos esta aventura,
llegarón a las alturas,
pero tu los hiciste bajar.
Lo que ayer me hacía feliz
hoy me hiere como una daga.
De esos felices momentos,
solo queda nostalgia.
Por eso te declaro culpable,
culpable de mis noches en vela,
de cada lagrima sincera
que ahogo a mi corazón.
Mediante estas lineas te condeno,
de mi corazón te destierro.
Y juro ante el tribunal de mi razón
arrancarte para siempre de mi corazón.