A donde quiera que vaya,
te veo, en cada esquina,
en cada rincón del alma,
en cada palabra, repito tu nombre…
En cada gesto, cada mirada,
en cada mañana a mi lado,
pegada a mis brazos te siento,
Pero es absurdo sueño…es mi almohada.
Eres parte de mí, como neurona,
sucumbiendo la mente burda,
caprichosa, llena de tu sabor,
de tu olor, llena siempre de ti…
Cautivas al corazón en la prisión,
que forjas con marfil de tu boca,
donde preso vive el suspiro,
que ansia tus labios rojos.
Olvidar no he aprendido,
olvidar no podré jamás,
perderte es un martirio,
el cual no puedo soportar.
Resignado me encuentro,
pero juro te olvidare,
aunque el alma naufrague,
en el mar de mis lágrimas.