Ven y llena tu cántaro
en el río crecido del deseo
que nace en la humedad de tus labios
y me llaman con vehemencia loca
desde las sensaciones de la selva
donde crece ese árbol de manzanas
que te hace la Eva del paraíso
entre las flores y los verdes prados
y a mí tu único Adán
por la belleza tentado
que sale a tu encuentro
para embriagarte con los besos castos.
Efraín Gutiérrez Zambrano
De su poemario Alquimia del Amor