Qué emocionantes son las cosas del querer:
brota energía de un volcán interior,
como ondas invisibles a los demás
y que la pareja capta sin más.
Recorren las venas un rio, afluentes,
capilares desbordados de amor
que alejan las penas e irrigan la vida,
y el corazón crece como un globo de emoción.
Cómo suenan las cosas del querer:
su voz es música de flauta dulce
y el silencio es pausa compartida
para dejar escuchar los latidos
que sustentan nuestros sentidos.
15 de noviembre de 2011
Pau Fleta.