Purgatorio de los de pies cansados,
purgatorio de obsesiones repartidas.
Iglesia de los licores empolvados
y de guerras silenciosas impedidas.
Los vasos reflejan fantasmas tuertos.
Moscas al acecho esperan.
Brindemos por todos nuestros muertos
y por las mujeres que mal amuleto fueran.
Todos los creyentes de la espuma
sientan los codos en la mesa.
A golpe de alcohol a ese mundo se suma
otra historia que a nadie interesa.