Bailar...quizá no cambie los colores de mi mundo,
ni me ayude a encontrarle
a la vida su sentido más profundo,
pero aunque fuere así...
y hasta que Dios lo quiera,
yo he de seguir bailando...
Bailar...quizá no haga más leve la mochila que cargo a mis espaldas,
ni del túnel del tiempo
ha de traer de regreso los abrazos que me faltan,
pero aunque fuere así...
y hasta que Dios lo quiera,
yo he de seguir bailando...
Bailar...quizá no ha de devolverme mi perdida juventud,
ni me haga olvidar
que al final del sendero está pintado un ataúd,
pero aunque fuere así...
y hasta que Dios lo quiera,
yo he de seguir bailando...
porque me da alas,
porque me hace feliz
y porque colma de vida mis cansados años.