Hoy es el día de tu vuelta a casa, espero nervioso tu llegada.
El tren hace su entrada en la estación.
La gente sale, se abraza, se sonríe...
Y yo espero a que salgas.
Cada uno se empareja con su equipaje...
Salen tan aprisa como si les empujasen.
El camino se ha de hacer corto, tan corto,
que ya se hace tarde.
Y yo espero a que salgas.
Poco a poco, se va despejando el anden...
La espera me mata.
La pena me embarga...
Y yo espero a que salgas.
¡Vamos, vamos! donde estas mi amada...
Ya casi no queda nadie.
El corazón se me sale, nadie lo puede detener...
Y yo espero a que salgas.
Mis ojos se humedecen...
No lo puedo de tener ¿pero donde estas mi amada?.
Te tengo tan cerca y no te puedo ver...
Y yo espero a que salgas.
De pronto se oye ¡Manuel, Manuel!.
Mi amada ya baja...
Ya baja del tren.