Día lleno de trabajo, llegando de la sierra,
me encierro en el cuarto del hotel,
me recuesto a descansar y los recuerdos,
atrapan a mis sueños, me aprisionas,
con tus piernas duras, tensas, muy suaves,
con la juventud que transpira tú ser,
siento recorrer tu aliento, calmadamente,
tibiamente, mientras mi piélago pide,
con candor encendido, recorrer, mimarte,
o que ansias de estar, no en sueños,
si no compartir por fin las pieles excitadas,
de tener a mi lado tu alma amada,
suena bruscamente, la alarma de llamada,
y veo que solo es un sueño, solo,
solo un sueño, de cuando estemos unidos.