JUSTO ALDÚ

CUATRO AMORES



Los amores fueron anecdóticos
todos se reunían a sus pies.
Grandes perspectivas
-ritual mágico solemne-

Era conocedor de la calidad de los vinos
que paladeaba en las comidas.
Luego llevaba a cuestas 
una tristeza pegajosa y una dulce parsimonia
como avalancha de amores inverosímiles:
blancas, negras, amarillas, 
algunas con tres ojos 

y una gran bocaza que emitía palabras ininteligibles.


El las  ignoraba y al seguir caminando

le decían arrogante
porque en ese lenguaje, son palabras normales
para una vida sorprendente y pintoresca.
Hechura de la historia de tez trigueña.

No invertía lágrimas en ausencias irreparables.
Solía responder con una sonrisa 
y un sobrecogedor silencio.
Lo que no existió no existirá, decía

¿Cómo borrar de su vida sus verdaderos amores?
¿Cómo borrar la tristeza
de saber que prendieron fuego a sus cabellos
y luego se comieron sus remordimientos?

Cuatro amores jamás trató mal a una mujer.
Se miraba el alma y veía viejas heridas.
Quiso levantar un territorio, 
planeó otra jaula
y sintió la cegadora luz de la diatriba 
sobre sus pasos
El no teme a la muerte, 
solo a la vida falsa que le acusan.

**Se hacía llamar 4 amores por sus cuatro hijas**