Puede que este perdida, en la soledad,
O en ese Inalcanzable océano
donde mojar mis labios desolados,
o quizás, sufriendo en silencio
el dolor de pensarte y recordarte.
Puede que este vacío que me encarcela,
este bajo tu sombra entre noches eternas,
suspirando por el verbo gastado de mar,
mendigando palabras esculpidas para mi
Y desalando mi alma cansada…
Puede que tu huella sea eterna,
Y que en otra piel, alguna vez, sienta tu piel
Y no me deje correr por no buscarte
porque en esa cáscara querré sentirte.
Puede que mi mirada este agonizante ya
en unos ojos producto de colmenas
donde esa gloria muda engulla mi corazón
con huracanados vientos de acero…
Puede que mi antigua tristeza
dormite en tu almohada, sonriente,
tan sólo, por sentirte respirar
Junto a mis licenciados latidos.
Puede que ya no quiera mi libertad,
porque te extraño y se me va la vida…
Es hora de amarte.
Antonia Ceada Acevedo