Caminando tranquilamente, buscando la luna,
Para que guie los pasos, mientras escucho,
Los susurros de la naturaleza, la calma subsiste,
Noche serena, tranquila, canto de cigarras,
Grillos, el canto de un búho, a la lejanía se oye.
Asombrado admiro la belleza escondida al ojo,
El paso raudo y sigiloso de los habitantes,
Del bosque, armadillos, zarigüeyas, venados,
Mientras las plantas guardan la hojarasca,
Que el otoño cada día, poco a poco las desviste.
Y así la mente se transporta al futuro hoy incierto,
Cuando se acabe la batalla, y pueda regresar,
Al lado del ser que con calma espera el encuentro,
Hoy desierto, callado, árido, y en un invierno,
Que ha durado una eternidad, en el tiempo y espacio.
Pero sabia, la naturaleza, me deja ver en momentos,
Que ya vendrá en poco tiempo, la primavera,
Que los dolores y temores que deja el paso estacional,
El invierno crudo que me tiene distante hoy,
Pronto dejara de envolverme en su helada y gris manta.
Para encontrarme al paso del cálido ambiente esperado
Al unir las almas hoy distantes, en una eterna,
Comunión de calor, caricias y besos ahorrados, en sueño,
De habitar el mas hermoso jardín, embellecido,
Por la hermosa flor, que el destino me ha proporcionado.