Recordando haber vivido,
Traemos a la memoria lo que hicimos en el pasado.
Evocando imágenes, formas, colores, sabores, olores…
hacemos a veces grandes esfuerzos para hacer presentes
nombres, rostros, acciones, gestos,
aspectos, portes, apariencias, talantes,
conductas, gustos y disgustos, gente,
hogar y tierra.
Recordando y pensando en el lugar donde nacimos
o donde por mandato del destino crecimos
en esa pedazo de tierra que no podemos olvidar,
trozo de tierra que tiene tus raíces y todas esas cosas que dejaste atrás.
Evocar lugares, personas, colores, olores y sabores,
es ir sacando y desempolvando uno a uno los sagrados objetos
que vamos guardando en nuestro baúl de los recuerdos.
Nombres, sitios, sucesos e imágenes que con alguna frecuencia
asaltan nuestros pensamientos, que vuelven una y otra vez permitiéndonos
escapar del presente y regresar al pasado,
trasladándonos en la nave del no olvido a nuestro mejor haber vivido.
Ver por enésima vez la clásica película de la que fuimos coprotagonistas,
es haber vivido y seguir viviendo en el recuerdo de
buenos y de los no tan buenos momentos, de juegos y travesuras,
andares y pesares, amores y desamores, engaños y desengaños,
encuentros y desencuentros.
Y evocando mi haber vivido viene a mi memoria mi calle, mi tierra,
mi amada gente que duele porque ya no está
llenando mis pensamientos de un feliz seguir viviendo.
entonces tomo los multicolores retazos de mi vida pasada
los zurzo y los uno con dorados hilos y los transformo en lienzo
y los convierto en el manto que cobija mis sueños y mi seguir viviendo
y me siento arropada con el divino aliento de mis amados padres
que un día se marcharon hacia la eternidad....
Mi manto es lienzo bordado de figuras, pintado de recuerdos
de la entrañable tierra, de mi imborrable tiempo, de momentos compartidos
con mi padre y mi madre, con mis cinco hermanos y con mis amigos....