Creo más en el jaguar que en los santos de madera.
Creo más en los volcanes que en las vírgenes de yeso.
Más adoro a la serpiente que a los cristos de papel.
Soy más fiel al águila de sangre, carne y hueso.
Yo no adoro los santos blancos que al tonto embelesan,
que cuelgan de las paredes con sus tristes ojeras.
Creo más en cocodrilos de raída piel espesa,
creo más en el jaguar que en los santos de madera.
Las vírgenes de yeso no me causan admiración.
Es más vivo aquel coloso con su retumbo travieso.
No creo en su poder ni en su buscada sanación.
Creo más en los volcanes que en las vírgenes de yeso.
Los cristos estampados por pinceles florentinos,
artificios coloridos entre flores de vergel,
no despiertan en mi los suspiros cristalinos.
Más adoro la serpiente que los cristos de papel.
Yo no creo en sharias demoníacas y mortales
ni creo en santas inquisiciones infernales.
No sigo profetas de traidor abrazo y beso
ni guardo leyes "santas" de conceptos medievales.
Soy más fiel al águila de sangre, carne y hueso.