Español que apenas llegas y ya dueles,
que traes amargura, tristeza y llanto.
Español que a silencio de sepulcro hueles,
que atacas brutal, que golpeas tanto.
Viento salvaje que arrasas violento
la verde extensión de los campos floridos,
que matas a ritmo torturante y lento
a la raza sublime de los vencidos.
Español devuelve tus barcos de muerte,
no mereces poner en mi tierra tus pies.
Mis ojos negros ,¡cómo quisieran verte,
con brazos tenaces remando al revés!.
Vete y no vuelvas, demonio abominable.
Llévate si quieres el oro y la plata,
tu religión y tus santos despreciables,
!oh hija de la crueldad, raza ingrata!.