Muchas veces creí morir
Pero el me sostuvo,
estuvo allí, aun está.
Siempre dando sin esperar,
Siempre a mi lado, mirando sin cansancio.
Inerte, en movimiento silencioso,
Haciendo ademanes de su aire misterioso.
Y cuando pedía respuesta que no podía dar
me la otorgó.
Con su forma peculiar de ángel salvador, me mostró
el camino que una vez vi, fue el milagro
que me trajo aquí.
Una página que me aturde, me amarga, me encanta,
me hace reír, soñar, sentir, cual chiquilla primeriza
enamorada de ti: poemas del alma.
Me das luz y hasta me robas la calma,
envuelta en ansias de refugiarme en ti;
poemas del alma.