Por los demonios de los mares enfurecidos,
tu palabra testimonial negra abusó de vidas
contagiando en cada alma hambre vencido
por el precio de encadenarse a tus heridas.
Gran símbolo de una irresistible perdición;
cuando brillas tu hallazgo sos luz imprecisa
tocando el destino de los mortales en pasión
que alimenta espíritu de la venenosa codicia.
Oh, tras cientos de años cambiando de manos,
demuestras que tu posesión nunca tiene salida
porque ser dueño único del tesoro no pagano
como el oro de tu ser, eterno serás sed maldita.
Vito Angeli