Negros crespones cubren tu cabeza
hoy el olor de nardos no se huele,
un dolor como lanza con destreza
se hundió en los lugares que más duele.
Teñida está la tarde de oscuros nubarrones
se palpa en el ambiente el olor de la parca,
llenando de tristeza a muchos corazones
fue arrastrando otra vida hasta su barca.
Presiento el dolor de esa querida hermana
que hoy contempla sus manos ya vacías,
de aquel calor que cual sol de la mañana
le daba el hombre que la hacía feliz días tras días.
¡Ay, ese corazón estrujado y desangrado
por no volver a sentir su voz en el entorno,
mientras ella se queda en un campo desolado
él ha viajado sin boleto de retorno!
¡Hasta siempre poeta que el Eterno
un hermoso lugar te haya guardado,
María te cobije, con su amor materno,
y te mantengan por siempre a su lado!
A ti mi dulce Anmar querida amiga
con quien comparto a diario mis pesares,
quisiera arrancar la dolorosa espiga
que te causa ese dolor en los ijares.
Pero aquí estaré para abrigarte
aunque algunos crean que es jactancia,
pues si de alma deseo desde lejos ayudarte
nada puede impedirlo pues no creo en la distancia.
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MIRIAM RINCON URDANETA