Jesús Lantigua

NOSOTROS DOS

 

De siempre,

 

la vida nos unió;

 

a ti, a mí,

 

a nosotros dos.

 

La dicha nos supo

 

cuando apenas éramos

 

espigas florecientes.

 

A ti, a mí,

 

a nosotros dos,

 

vivir nos tejió,

 

de siempre,

 

 los sueños más hermosos.

 

A ti, a mí,

 

a nosotros dos,

 

la existencia nos palpó las mejillas,

 

con ese aliento que no deja de soplar.

 

A ti, a mí,

 

a nosotros dos,

 

la vida nos hizo dependientes,

 

como adheridos por un beso;

 

adosados por el mismo palpitar.

 

 Mañana,

 

cuando tú y yo,

 

enfrentemos

 

el momento terrible de morir,

 

lejos en el tiempo, sin sobresaltos;

 

la vida nos seguirá creciendo entre los huesos.

 

A ti, a mí,

 

A nosotros dos.