Kabalcanty

FESTIVO

FESTIVO

 

 

 

Las calles se llenan de voces,

se hinchan hasta el estallido

para derretirse al sol almacenado

en la rejilla del sumidero.

Todos estamos tan festivos

que reímos enloquecidos al entorno.

Nada hay incómodo, tampoco tú,

agarrotado en un mohín

que has dejado prendido

como agasajo a lo que te desborda

y te tiñe de amarillo chillón

en el vidrio de un escaparate.

Solemos divertirnos, sin razón,

con la sinrazón por derecho,

y nos entusiasma culminar

asomados al podio,

anclado a dos bolas sonrosadas

de helado de fresa,

que la algarabía apeteció desertizar.