jesus guzman

EL ENCUENTRO

DESLIZANDOSE  por tu vientre mi lengua

te envuelve como la noche

que penetra en cada rincón,

socavando los espacios entre tu cuerpo y el mío

 

CAMINANDO por las playas tibias de esa desnudez

mis labios se sumergen en las corrientes

que brotan de tu pecho,

depositando en ti mis ansias y deseos

como un tesoro escondido cuyo mapa

he trazado en cada línea de tu piel

 

Ay mujer eterna:

refúgiame en esta hora,

 

En tu cabellera que golpea

como una suave cascada sobre mis dedos,

en esos ojos donde el verano parece reinventarse:

tú de mi horizonte eres el ocaso más extenso


y en la brevedad de este instante

soy contigo un solo presente,

el fuego que arde en el mismo centro de la vida

y allí siempre estaremos,

ausentes a cualquier nostalgia,

mientras volvamos a amar lo que aún no se ha perdido.