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Ensimismamientos


¡Ególatra!
que babeas abstraído.
De tanto mirarte
tu ombligo se ha engrandecido
hasta llegar a cegarte;
y tu espíritu llora empobrecido,
por la gran soledad de tanto amarte.


¡Narcisista!
Harta está el agua del río
de más reflejarte;
ya que observa en ti aquel frío,
cual desde el desprecio parte
la hermosura insuflada en el gentío,
para así mayormente cortejarte.


¡Vanidoso!
que virtud de alrededor,
necio, desmereces.
Engreído es tu valor
e imperfecto me pareces,
pues olvidaste el rojizo rubor,
del color encarnado tú careces.


Cuando el yo significa parca gruta
y el ser gorgorea con desplante,
vive autocomplaciéndose distante,
¡egocéntrico! y como una deidad absoluta,
veta formas, carácteres y diversidad
creyendo disponer de una exclusiva verdad...
Bien lejos, queden perdidas,
¡ensordecidas!
hordas y legiones de los arriba citados.

 

Nadie secunde ideas radicales,
cuales nieguen la evidente
comunión cual existente,
permite que en la mesa disfruten comensales
ya su pensar se asiente
en el centro o en los lados.
pues se debe a cualquiera de las formas,
-cuales al fusionarse multiplican-
que a resultas de ser hormas
a la evolución salpican
con la sabiduría de un decir
al que no cabe levantarle la voz
-pues sería de un asno burda coz-
ni valga rechazarla o maldecir,
al de la siembra ser: semilla y hoz.


Veamos entendiendo...
como la útil lanzadera,
cualquier riego,
cualquier sello,
tomemos la fragancia duradera
habida sobre el monte o en pradera,
donada por cualquier flor.
Pues inutil resulta la concepción
de un tiempo humano de espera,
cual corta la devoción
tendría que merecernos,
la creatividad de los alternos
con cada uno de sus movimientos y maneras.


318-omu G.S. (BCN-2011)