Un poco mas de llanto rocío salino
para cobijar esta tierra
duermen las estrellas
al saberse amadas por el universo,
late la vida entre los bosques oscuros
de aquel ámbar que es oro entre los incierto.
Crece paciente el hongo
que da paso a la niña traviesa
para que se haga mujer
jugando entre los verdes,
la luz azul es intensa
como oro se ven las tardes
entre la cueva escondida,
sonidos lejanos de almas en pena
o quizás de los que rehusaron quedar
amando sin compás.
Marca el reloj un tiempo en que todo
se ve color invierno.
Duermen las hadas su sueño eterno
cabalgan las ideas de un silencio perpetrado
de un amor no consagrado
entre las hojas muertas del deseo.
Hay una amor que aun vive latiendo
un amor que se rehusa a ser del suelo,
uno que vuela con las luces del ayer
y se mantiene con la fe de volverte a ver.