(esperar 15 segundos de la música para leer el poema)
Tan cansada tu esencia pero todavía viva,
no dejaste que tanto desgano te venciera;
volviste en el animarte de pelear la vida
dándole a tu vida una oportunidad nueva.
Del otro lado, me encontraba así parecido,
igualmente golpeado por el dolor llorado
pero eso no iba hacerme olvidar el camino
porque después de llovido, hay día soleado.
Mis heridas parecían como buscar las tuyas;
eran como imanes buscando hierros unidos
doblándose en su pasado por penas burdas
para fundirse en el presente de valor tenido.
Sentía desde la distancia a tu alma viajera
divagando entre estrellas de un cielo negro
mientras que mi espíritu moría en la tierra
enterrando lentamente castigo en su cuerpo.
Dos, número que suma uno mas otro uno,
dos unidades solitarias hacen mundo vivo;
nuestro mundo, uno diferente a lo oscuro,
en donde nos da su fruto el amor renacido.
Vito Angeli