Con el agua, las blanca arena y el paisaje
¿Que es lo que no tiene el alma mía?
sabiendo que viene el sol con su celaje
nada puede faltar a tu poesía.
Allí esta cual Astrum Deus suspendido
siempre para el recuerdo, jamás para el olvido
simulando la sonrisa del romántico cupido
dándole inspiración y caridad al sufrido.
Agarra pues mujer, tu sublime inspiración
donde ha de haber espacio para dos
estrújalo y presiónalo en tu sensible corazón
decreto es cuestión de amor de Dios.
Repósalo en lo más alto de tu albura
cual prendedor y bello pétalo en tu pecho
es un mensaje de la meditación mas pura
envíamelo con los sagrados fluidos de tu lecho.
Cual oración que sube hasta el cenit eterno
y cual aire en el espacio en que respiro
de tu hondo subterráneo y tu secreto tierno
dadme, mujer, tu infalible cura en tu suspiro.
Que los sublimes deseos de tu ternura
vendrán a mis alivios en sagrado arrume
y en él convergen de la retama a la dulzura
tu tenue brisa recamada de tu íntimo perfume.
Y si la tristeza de tu hamaca no se aleja
será mi ánima que a tu bien al viento vaga
consuelo o salmo no faltará a tu dolor y queja
y no habrá bondad, sacrificio que a tu favor no haga.
Sea entonces tu poesía tu canción de arrullo
para tu sueño y la aflicción de tu tristeza
si fui moldeado en un vientre como el tuyo
compensación será mi humilde canto a tu belleza.
Si ríe tu rostro cuando tu alma grita
porque en tu pecho mujer resista la aflicción
en el fondo de mi alma sentiré tu cuita
y el palpitar de llanto de tu débil corazón.