EPPA

EL POEMA DE LA MUJER

Con el agua, las blanca arena y el paisaje

¿Que es lo que no tiene el alma mía?

sabiendo que viene el sol con su celaje

nada puede faltar a tu poesía.

Allí esta cual Astrum Deus suspendido

siempre para el recuerdo, jamás para el olvido

simulando la sonrisa del romántico cupido

dándole inspiración y caridad al sufrido.

Agarra pues mujer, tu sublime inspiración

donde ha de haber espacio para dos

estrújalo y presiónalo en tu sensible corazón

decreto es cuestión de amor de Dios.

Repósalo en lo más alto de tu albura

cual prendedor y bello pétalo en tu pecho

es un mensaje de la meditación mas pura

envíamelo con los sagrados fluidos de tu lecho.

Cual oración que sube hasta el cenit eterno

y cual aire en el espacio en que respiro

de tu hondo subterráneo y tu secreto tierno

dadme, mujer, tu infalible cura en tu suspiro.

Que los sublimes deseos de tu ternura

vendrán a mis alivios en sagrado arrume

y en él convergen de la retama a la dulzura

tu tenue brisa recamada de tu íntimo perfume.

Y si la tristeza de tu hamaca no se aleja

será mi ánima que a tu bien al viento vaga

consuelo o salmo no faltará a tu dolor y queja

y no habrá bondad, sacrificio que a tu favor no haga.

Sea entonces tu poesía tu canción de arrullo

para tu sueño y la aflicción de tu tristeza

si fui moldeado en un vientre como el tuyo

compensación será mi humilde canto a tu belleza.

Si ríe tu rostro cuando tu alma grita

porque en tu pecho mujer resista la aflicción

en el fondo de mi alma sentiré tu cuita

y el palpitar de llanto de tu débil corazón.