¡Dime!,
Si mi cálida mirada te cansa,
Si mi boca generosa no provoca,
Si mi pelo no es abundante cascada,
O si mi piel sólo es otra que te ama.
¡Dime!,
Si mi cuerpo no te excita,
Si mi aroma no te embriaga,
Si mi canto no te arrulla,
O si esta danza se agota.
¡Dime!,
Si mi instinto ya sólo me engaña;
Si mi corazón late en arritmia descompasada;
Si mi sangre ya no debe correr desbocada,
O si mi alma no es amiga que tu camino acompaña.
¡Dime!,
Si mis estrellas brillan en otro firmamento;
Si mi planeta está alejado de tu propio universo;
Si mis sueños son anhelos que no ameritan desvelo,
O si mis sentimientos son pérdida en el tiempo.