No quería que muriera
esa hermosa sensación
de sentirte en mi tan cerca
desnudándome el corazón.
Sus latidos sintonizan
esta historia de amor,
que en las suaves armonías
ya tiene su canción.
Y sin mirarnos,
rozándonos apenas,
mi suspiro enamorado
se conmovió con la belleza;
de la música que envolvía
ese sueño de papel,
que sin quererlo renacía
en un roce sobre tu piel,
un roce que soñaba
ser caricia entre tus manos,
y convertirse en mirada
para morir como beso en tus labios;
y renacer en el refugio
tan preciado de tus brazos...
niño.. con sólo mirarme a los ojos,
descubrirías cuanto te amo.
Ceci Ailín