Alexander Vortice

FARSA

Inicio el tránsito hacia lo análogo

tanteando activamente el suplicio permanente,

el esperma axiomático y las perillas obscenas

de alguno de mis más risibles enemigos.

 

Supe de las cosas pequeñas

gracias a las letras relegadas

en la legitimidad y la cognición.

Anduve entre seres anómalos

que masticaban mi seudónimo

para convertirlo en un vasto rechazo.

 

Codicié venganza por tal hecho

y rechacé ingresar en el templo

donde reposan los sangrientos estiletes

que resquebrajan a los seres aparentes,

 

esos que colocan sus ojos sobre mi hombro

al tiempo que me piden explicaciones

difíciles de ser entendidas por la estirpe

que brota en mi pecho de individuo recto,

hombre que rechaza las farsas que habitan

en los versos escritos por la pluma hosca

que poseen los necios.