El agua acaricia las plantas del patio
y va resbalando sobre mi alma despacio,
ya mi corazón se ha mojado en llanto
de la soledad y hasta del quebranto,
porque llueve fuerte sobre mis dos brazos
y sobre mi espalda, hasta por mis manos.
Llueve porque ahora me han abandonado,
los lirios, las rosas, claveles y nardos,
todas esas flores que encuentro en tus labios.
Llueve porque el beso, se quedó en el acto
y hasta la caricia de tus ojos claros
me cierra sus puertas, se me ha escapado.
Llueve porque duele, llueve porque amo,
llueve porque todo lo siento alejado,
al llegar la noche, cuando haya escampado,
lloverán mis lágrimas, tú te habrás marchado.