Homenaje a Toledo en su veinticinco aniversario de ser Patrimonio de la Humanidad
En la noche solitaria y fría
camino por las empedradas calles
descalza..., casi desnuda...
Con túnica de gasa que vuela con el viento
mientras bajo deprisa
por la empinada calle
de mi Toledo amado.
Subo y bajo, calles estrechas.
Oscura noche..., susurros...,
voces que se escapan,
de tantos y tantos conventos,
mujeres y hombres que rezan,
que elevan sus cantos
sobre los muros empedrados.
Entre tanto ir y venir, corro...
parecen volar mis pies,
quiero llegar como en un suspiro,
a la plaza donde me cogerá
en un profundo abrazo esa luna blanca.
Mientras corro, mis pies descalzos
ya no tienen frío...
Higorca