Rocío de tus ojos que refresca mi piel
Y calma por segundos mis lujurias de ti
Arcoíris inesperado de mi noche
Besos diseñados para mí desde la primera alborada
Desde que adivinamos nuestras superficies
En remotas danzas de palabras y notas
Desde que empujamos ciegas de impaciencia
Las nubes que faltaban por cruzar para alcanzarnos
Flor que se cierra y se abre y pétalos que flotan
Aroma que pernocta en mi garganta
Paradoja dulce y amarga
Entre la razón oscura y la locura blanca
Misterio de tus ojos clandestinos y nocturnos
Que alumbran el sabor de mis insípidas mañanas.
Engullo apresurada tu colores de magia y consenso
Y vuelo casi al viento amarrada a tu boca
Que hurga sin cautelas ni escrúpulos
Para yacer en mis más recónditas veredas
Me incrusto tu olor hasta mis ávidos huesos
Que tiemblan hasta mi piel de tu ausencia
Venero la broma que te arrastró a mis labios
La hora en que estrangulas tu prisa, por tenerme
Me inundas con tu brisa de algodón y acero
Tus perfectos besos de incienso y deseos
Me deslizo en tu torrente de cielo y cuerpo
De sonrisa pícara de sal y misterio
Con todas tus fronteras bañas mis alas
tu aguacero de estrellas desandándome el pecho
Y firme en la maraña de lo inevitable
Quedo inundada y sedienta
a la espera infinita y eterna de otra
siempre verde …Cascada de ti.