Con arrogancia observó hacia el vacío
Como viendo al mundo sobre el hombro
Un plano superior lo ha requerido
Y el resto lo admira con asombro
Un manto obscuro lo ha cubierto
Elevándose, se ha fundido en el éter
Ha partido a solitario destino incierto
Donde ve paraíso para otros desierto
Sus paredes se achicaron, colisionando
Detrás del polvo se abrió la puerta
Y detrás de ella se encontró soñando
Con la aceptación de tentadora oferta
Se esparció en el viento su esencia
El espacio transformándose en su mente
Borrando cualquier reminiscencia
De aquel ser alguna vez consciente
Trascendió del mundo, su entendimiento
Las reglas se diluyeron en sus manos
Su existencia dejó de tener cimientos
Y ahora pasea por muros derrocados
Que queda para quien advierte la libertad
Cuando el querer y el poder son uno solo
Concepciones propias de bondad y maldad
Obtener la llave del más valioso tesoro
Pues la inexistente verdad le ha susurrado
Para que tenga a la suya como única guía
El velo de la realidad ante él desgarrado
Desmembrado el camino que él seguía
Su latente corazón se ha vuelto su tiempo
Sus manos pueden ir moldeando el espacio
Su imaginación calma el saber sediento
La razón dictó de su alma el desahucio
Ahora se extiende por donde él camina
Miedo en la gente al observar su disidencia
Pues en la mente que curiosidad mezquina
El retrato disímil causa gran displicencia.
Andrés Ruiz H.