En las noches silenciosas
de luna y estrellas pardas,
renace en mi una mañana
de sol, luz y alegría
al comprender mi querida
que eres la amada mía.
Ya presentía el momento
en que habrías de venir,
para dejarme sentir, tu calor
que es vida eterna.
Tus caricias... tu pureza.
A nacer en mi la fuerza
del amor, suma grandeza
de virtudes toda llena.
Que más pudiera mi amor
que decirte en confesión
que el amor que te profesa
este pobre corazón
está ábido de pasión
en entrañas de ilusión.
Es que te he tenido
clavada en mi corazón
muy cerca de la creación
de lo que hoy somos los dos.
Yo contigo en la penas
contigo en las alegrías
entono de noche y día
tu Canto del Corazón
perfumado girasol
en el jardín de la vida
y que tú alma querida
copias de tu Creador.
Cuando mi propia indolencia
lejos te aparta de mí
sufro males que sin fín
me arrastran a no vivir.
Y en mi agonía de amores
grito y el eco responde
este cantar lastimero
al amor de mis amores.
"Tanto muero estando vivo
que al no sentirte mi amada
quiero volar con el viento
para juntar nuestras almas."
LEO HENRY