Si la vida es un mensaje sin abrir,
entre tantos pájaros que vuelan a la luz del viento,
cuántos morirán contra los muros,
cuántos habrán perdido ya su rumbo,
con el instinto interferido con tanto titular.
Si todo está tan fuera de lugar
los pájaros habrán perdido su mensaje
en un golfo, lo habrán entregado en otra ciudad
donde el que no tenía que morir se murió,
donde el que esperaba la noticia no deja de esperar.
¡Pero díganme, díganme qué pasa,
con tanto mensaje que nunca ha de llegar,
con tanto pájaro cazado por el hambre,
con tanta brújula indicando cualquier borde,
con el alma empeñada por el afán!
Si la vida es un mensaje cerrado
que nadie se atreve a abrir,
que nadie puede descifrar...
¡Díganme, díganme!,
¿Dónde he de buscar?