Durante algunos años,
he tenido,
que desmembrarme,
morir tantas veces,
llegar al silencio total
de la existencia
y más aún,
volverme la nada,
para que en la confusión,
broten mis poemas.
Cuantas veces he tenido,
que dejar guardado,
el bochorno,
de detallar,
los pormenores,
de mi existencia,
para aligerar en algo,
mi dolor
en las letras.
Usted que me lee,
que tiene un rostro,
que desconozco
y que no le importa mi realidad,
muchas veces
se ha conmovido con mis letras.
Usted ,
que también ha muerto conmigo,
cuando lee esos versos,
que parí,
una noche,
o madrugada,
de dolor intenso.
Usted,
que ha sentido,
como se rompen las distancias
y unos versos nos unen
sintiéndolos nuestros.
Esa Lírica,
que emergió de mi,
un día sin querer
y que hoy,
se convirtió en pasión intensa,
es suya, mía, es nuestra.
y volveremos,
a encontrarnos,
sin que usted lo sepa,
que me desperté,
una madrugada desierta,
con el pecho abierto,
con un vacío,
de luces muertes,
abrazando a la amochada,
con fuerzas,
como pidiéndole repuestas,
con el pulso sangrando,
y de ahí,
nace los versos de dolor,
que me quema,
la esencia
y que no me da vergüenza,
de que otro ser,
se entere
al leer mis cuitas,
porque desde la desembocadura,
del dolor que me aqueja,
amigo (a),
nació este viejo poeta .