Una nieta en noviembre cuando aún es primavera
Para volver realidad dulces y antiguas quimeras
Cuando se siente en el aire el aroma de sandías
Y una sana, amorosa y muy serena alegría
Una nieta que acompañe con sus gritos y sus risas
A las aves cantarinas de nuestro hogar que con prisa
Va llenándose de niños que estimularán la vida
En el invierno de abuelos con ternuras renacidas
Una nieta que recuerde desde sus primeros pasos
Que la existencia es hermosa si nos tiramos en brazos
De Jesús, el Gran Maestro que ilumina el transitar
Y generoso nos brinda el verdadero gozar.
Abuelo Luciano, 3 DE NOVIEMBRE DE 2.011.