San Pedro la Laguna. Pintura de Lui Serichol, Guatemala.
redondillas
OH la pobre lavandera
Se queja con cognición
Que en dejando su pulmón
Mitigar el hambre quiera.
Le destroza el corazón
El lavar la ropa ajena,
No lleva sangre en su vena
Sólo hay agua de jabón.
Ya Mañana Dios dirá
Pero si hoy consigue pan,
Las campanas le repican,
buena voluntad será.
Su esposo, siempre borracho,
La ha dejado siempre sola,
Y ella está llora que llora
Esperando al mamarracho.
Con solo oraciones huye
Aliviando su condena,
Aguanta su dura pena
Pero no se prostituye.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano