Ojos del grito desesperado,
con amor del que penetra,
frente a ojos de ventana;
en semillas de jarrón.
Flores del prepucio
somos una anécdota de mi tierra,
mi pueblo, mi infancia del perdón.
Vidas del pentagrama,
queremos ser líneas
pero quedamos en espacios sin fondo, notas muertas del bajo.
Somos tristeza del mayor,
somos la vela apagada.
Luz de un pequeño claro,
experticia de lo enamorado.
pedimos fuego vivo
Dadnos del muerto,
porque muerto estoy
en el flagelo de la tentación
mi luz de luna.