A la hora de todas las horas.
En el preciso instante
donde las mejores palabras
no sirven para nada,
y hablan los silencios.
En el peor momento.
Ahí donde los tics y las verguenzas
salen a pasear como si fueran amigos del respeto.
Ahí donde el café se bebe al sueño
y las lágrimas caen de puntitas en el suelo.
Ahí las velas.Ahí los velos.
Ahí donde el corazón aguanta firme el desconsuelo
y las flores pagan el precio del contexto.
Ahí, donde la vida
no rima para nada
y nadie quiere hacer el prólogo del texto.
Ahí esta él.
Inmóvil.
Tieso.