Cuan desesperante es arar la tierra en mis ojos,
el árido silencio de mis pupilas, polvo en la precipitación de la soledad. Es una sequía que alimenta mi angustia, un creciente sentimiento de abandono que arrastra a pulgadas al infierno. Así es, un mortífero insomnio vapor que es calamidad en mi pecho, el grito mudo de mi llanto seco. ¿En qué momento prendí fuego a la lluvia? ¿Cuando fue que la sed conquistó a mi hálito? Desesperación insana del pensamiento, apetito voraz de insatisfacción,
cual efecto invernadero sobre el cielo.
Clavel Rojo
Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados.