No se llevarán la fuerza,
fuerza que sirve para mantenerse suspendida,
que afecta la inmovilidad que por momentos
amenaza con arrebatarme la vida.
No lo niegues, no repases entre líneas,
si leer en esos ojos el color del enamoramiento
es como atisbar corales en la profundidad de los montes,
es como recurrir a un nuevo manantial cada día.
No me dejes, estoy a punto de romper la fibra,
fibra con que atan mis manos al olvido,
por haber cortado flores de tu jardín perdido,
por haber robado agua en el pozo de tu querer conseguida.
No hay piedra más preciosa
que la recogida en el río del camino.
No hay giro más grave, onda más graciosa,
que aquella que la devuelve por donde vino