En la cima de la montaña agreste
desde donde observamos valles, ríos,
habrá un lugar para tus sueños y los míos
podremos tocar la bóveda celeste.
Bellísima vida vivo entre tus brazos
sellando nuestro sentir con dulces besos,
ensamble total los cuerpos quedan presos
figuras abstractas hay en cortos trazos.
Nos abrigamos del frío mutuamente
siento que tus fuertes brazos me cobijan,
estos ratos a los dos nos regocijan
pues podemos amarnos intensamente.
De día juntos esa tierra cultivamos
en la noche nos colgamos de la luna,
bellas estrellas completan la fortuna
cuando en tálamo los dos nos abonamos.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.